Cualquier proceso de diagnóstico de clima laboral genera expectativas en los empleados que deben ser tratadas adecuadamente. Cuando la organización encuesta a sus empleados por sus opiniones acerca de distintos aspectos, éstos se preguntan qué va a hacer la Dirección con dichas opiniones, si va a tenerlas en cuenta o no y que cambios van a producirse.
Si es la primera vez que se lleva a cabo un diagnóstico de clima, el manejo de estas expectativas y las actuaciones posteriores de la Dirección van a influir enormemente en la participación, la continuidad y los resultados de la siguiente encuesta de clima.
La comunicación juega un importante papel a la hora de hacer llegar los mensajes y compromisos de la Dirección. Al abordar un Plan de Clima Laboral, se está dando un salto cualitativo en esta materia. Ya no se está simplemente diagnosticando el clima si no que se entra en una etapa en la que el objetivo es influir en dicho clima y, hacerlo evolucionar, en un determinado sentido. Es decir, se pretende mejorar el clima en aspectos en concreto por medio de planes de acción.